A todos los visitantes se les dan instrucciones de seguridad, y cascos como se ve en la foto.
En la larga vida útil de la mina, hubo accidentes y percances, y son situaciones en donde solo la fe llegó a ser un elemento protector ante las amenazas de sufrir accidentes en un trabajo con ese, y en las condiciones que fueron en otras épocas.
No faltan los agradecimientos al Santo Niño de Atocha por los milagros concedidos en todos estos percances y riesgos.
Y también se exhibe como eran las condiciones de aquellos arriesgados y necesitados trabajadores que exponian su vida apenas con huaraches y sombreros. Ningun control sanitario, ningun apoyo médico, nulo equipo de seguridad, cero medidas de seguridad, era la jornada de horas de miles de trabajdores que bien podían entrar a la mina, pero ignoraban si saldrían, por un escaso o nulo beneficio. Esta mina cumpel un papel fundamental en la actualidad en donde nos maravilla con las grandezas naturales, y nos hace conciencia de las flaquezas del ser humano para con el mismo en cuanto a un trato valioso, respetuoso y seguro.